domingo, 23 de marzo de 2014

jueves, 13 de marzo de 2014

Modelos de webcam

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Buscando trabajo hasta debajo de las piedras encontré una oferta para trabajar como modelo de webcam; como no tenia idea de que era eso me puse a averiguar y esto es lo que encontré: una "modelo" es algo a medio camino entre la prostituta y la actriz porno. Gracias a internet los clientes no necesitan salir de casa, para encontrar una mujer que satisfaga sus necesidades, les basta hacer click. Porqué un americano o un canadiense le pagaría a una mujer de América latina o Europa del este para que se meta un vibrador por el culo es algo que queda más allá de mi entendimiento.

Mientras que el punto de vista de los clientes sobre este tema se me escapa completamente, el punto de vista de las mujeres me interesa mucho más. Aunque muchas mujeres trabajan en esta industria libremente (es decir, en la medida en que se puede ser libre en un sistema capitalista), yo personalmente lo considero una nueva forma de explotación. Para empezar, las empresas solo pagan a las chicas un 30%  de lo que paga el cliente. Si al cliente le cobran 1'99 dolares minuto, la chica solo se lleva 60-70 céntimos. Si además está contratada por un estudio, estos se llevan otro 30% de su sueldo.

A un extremo del negocio hay un hombre que prefiere alquilar una mujer que le complazca sus caprichos antes que tener una relación de verdad con una mujer de carne y hueso. Al otro extremo hay otro hombre con una página web, ganando montones de dinero por no hacer nada (excepto manejar la publicidad y algunos detalles técnicos). Atrapadas en medio están las mujeres, haciendo todo el trabajo por una parte muy pequeña de sus beneficios. Un trabajo que existe porque los hombres lo demandan, no lo olvidemos.

Es fácil decir que la que trabaja en esto es porque quiere, porque le gusta, porque quiere ganar mucho dinero sin esfuerzo, etc. Pero admitamos la realidad, la pobreza tiene nombre de mujer. La mayoría de los pobres son mujeres (a menudo con hijos a cargo), las mujeres tienen más empleos precarios, más trabajo eventual, y por supuesto, salarios más bajos que los de los hombres. En estas circunstancias, ¿hasta que punto podemos decir que "lo han elegido libremente"? Como decía una forera en un blog del tema, con un punto de humor y resignación: "nunca me habría imaginado trabajando de algo así, pero no llegamos a fin de mes, así que si toca ganarse la vida enseñando tu cuerpo serrano por la web, pues se enseña".

Y eso hablando de mujeres occidentales libres. En otros paises el negocio está en manos de las mafias, como muy bien se explica en este excelente articulo:
http://www.gizmodo.com.au/2012/09/the-crazy-secrets-of-internet-cam-girls-nsfw/

Como en el caso de los vientres de alquiler, donde la demanda de bebés ha propiciado la creación de autenticas granjas humanas en países pobres, la demanda de sexo fácil de los países occidentales ha creado una nueva forma de explotación, por partida doble: como mujeres y como ciudadanas de países pobres.

Lizzie Velazquez

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Impresionante testimonio de una valerosa mujer con una grave enfermedad, que ha conseguido sobreponerse a la crueldad de los acosos (desconocidos que le desean la muerte tan solo por su aspecto fisico) y ha decidido no permitir que nadie la hunda.
Todos tenemos handicaps en la vida. Puede ser una enfermedad, un pasado doloroso, o cualquier otra cosa. Podemos dejar que nuestras desgracias nos definan o elegir quien queremos ser.

sábado, 1 de marzo de 2014

Siete Novias para Siete Hermanos



Siete hermanos viven solos en la montaña, y como son bastantes guarros, tienen la casa echa una pocilga. Así que el mayor decide hacer algo al respecto y traer a una mujer que les limpie la casa, que ellos son más de cortar árboles con un hacha que de coger una fregona. Pero en vez de contratar a alguien, que eso cuesta dinero, decide engañar a una pobre incauta pidiéndole matrimonio. La infeliz cree que la ama y canta de felicidad hasta que descubre el percal.

Viendo lo bien que le ha salido la jugada al mayor, el resto de hermanos deciden que mola mogollón eso de estar casado, así que bajan al pueblo a secuestrar a las chicas que les gustan y las traen a casa metidas en un saco. Luego la nieve bloquea los caminos y las pobres muchachas quedan atrapadas todo el invierno en casa de sus secuestradores. Y claro, tantos meses allí retenidas, sin ver a nadie más, acaban desarrollando un síndrome de Estocolmo y enamorándose de sus secuestradores. Cuando llega la primavera deciden casarse en lugar de huir, y a las familias que venían al rescate les parece bien, porque hay un bebé con ellas y no se sabe de quien es, y son demasiado estúpidos para averiguarlo. Ya se sabe, más vale casar a tu hija con un secuestrador que arriesgarte a que se quede soltera.

Y eso es lo que se consideraba "una bella historia de amor" en los años cincuenta.