Me da pereza volver a escribir lo mismo otra vez, así que dejo aquí un vídeo que lo explica todo muy bien... excepto por una cosa. No puede evitar soltar la machistada "¿donde están las feministas?". Donde hemos estado siempre: gritando a pleno pulmón sin que nadie nos escuche. Yo llevo diez años advirtiendo (desde este blog, en redes sociales, en persona) de que esto iba a pasar, y todo lo que he conseguido es que me expulsen de las redes (me abro otra cuenta y me vuelven a expulsar), que amigos de años y años me bloqueen, y que personas reales se enfaden y me griten porque "pobrecitos". Pobrecitos travestis, que solo quieren grabarte en vídeo mientras orinas y masturbarse en tu baño, pobrecitos travestis, solo quieren robarte las medallas deportivas, pobrecitos travestis, solo quieren cumplir condena por violación en cárceles femeninas para seguir violando mujeres, pobrecitos...
Diez años avisando (eso yo, que no soy nadie, Germaine Greer ya hablaba del tema en los años 90), diez años sin que nadie escuche, diez años recibiendo insultos, y ahora me preguntan que donde estoy. Pues en la piscina, que estoy de vacaciones, tomando una cerveza después de nadar mis dos kilómetros y medio de rigor. Cada vez que a las mujeres les pasa algo horrible, salen los idiotas con su canto "¿donde están las feministas?". Las feministas no somos Los Vengadores, no salimos volando a luchar contra el mal como Ironman cuando lo vemos en las noticias. Estamos haciendo todo lo que podemos, sin recursos ni medios, mientras los cuirs tienen de su parte a todas las farmacéuticas que se forran de pasta castrando niños, y los poderes más oscuros de la agenda transhumanista que están detrás. Ya vale de culpar de todos los males a las únicas que intentan poner remedio.
"El acto más valiente es pensar por una misma. En voz alta". Coco Chanel.