jueves, 30 de agosto de 2012

Nacidos para correr



Libro genial y absolutamente imprescindible para los amantes del running. Lo que me he llegado a reir con las aventuras de esta panda de locos capaces de correr ultramaratones de más de 24 horas a través del desierto solo por el placer de sentir el viento en la cara.

Cuenta la historia de un periodista que es incapaz de correr tres kilometros sin lesionarse seriamente, y como se convierte en corredor de ultramaratones, llegando a terminar una carrera de ochenta kilometros por las montañas de Mexico. Por el camino conoce a mucha gente interesante y aprende montones de cosas. Por ejemplo, que para no lesionarse lo mejor es correr descalzo (o con una suela lo más fina posible). Ahora entiendo porque nunca me he lesionado: siempre he corrido con las zapatillas más baratas que podia encontrar, y está demostrado que cuanto más cara sea la zapatilla más te lesionas. A partir de ahora no vuelvo a correr con otra cosa que no sean unas zapatillas Victoria.
Tambien se hace vegano, por supuesto. "Para correr más rápido y más tiempo, si procede de un animal, alejalo de tu boca".
Aprende que los humanos somos por naturaleza mejores corredores que los caballos. No es tan sorprendente cuando lo piensas dos veces; cualquiera que haya salido a correr con su perro sabe que el perro se cansa antes.
 Y que ser buena persona te hace mejor corredor.

Un apunte interesante es que hay rasgos del cuerpo humano, como el tendón de Aquiles, que son propios de animales corredores, no caminantes, lo que sugiere que correr es nuestra forma natural de desplazamiento. Tantas discusiones sobre el transporte publico o privado, el coche electrico o de gasolina, cuando la solución era tan sencilla: ¡debemos desplazarnos corriendo!

"La ultramaratón parecía ser un universo paralelo donde no se aplica ninguna de las reglas que rigen el planeta Tierra: las mujeres eran más fuertes que los hombres; los más viejos eran más fuertes que los jóvenes; tipos salidos de la Edad de Piedra con sandalias eran más fuertes que cualquiera. Y eso por no hablar del millaje. La tensión cortante sobre sus piernas era extraordinaria. Se supone que correr cien millas a la semana es un pasaje directo a una lesión por sobrecarga, y aun así estos ultradementes hacían cien millas diarias. Algunos de ellos estaban doblando esa cifra semana tras semana mientras entrenaban, pese a lo cual no se lesionaban. ¿Realizaba la ultramaratón un proceso de autoselección, atrayendo únicamente a los corredores con cuerpos indestructibles? ¿O habían descubierto los ultramaratonistas el secreto para aguantar millajes extremos?". Chistopher McDougall.

"Cuando corres sobre la tierra y corres con la tierra, puedes correr para siempre". Proverbio Raramuri.

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