sábado, 1 de marzo de 2014

Siete Novias para Siete Hermanos



Siete hermanos viven solos en la montaña, y como son bastantes guarros, tienen la casa echa una pocilga. Así que el mayor decide hacer algo al respecto y traer a una mujer que les limpie la casa, que ellos son más de cortar árboles con un hacha que de coger una fregona. Pero en vez de contratar a alguien, que eso cuesta dinero, decide engañar a una pobre incauta pidiéndole matrimonio. La infeliz cree que la ama y canta de felicidad hasta que descubre el percal.

Viendo lo bien que le ha salido la jugada al mayor, el resto de hermanos deciden que mola mogollón eso de estar casado, así que bajan al pueblo a secuestrar a las chicas que les gustan y las traen a casa metidas en un saco. Luego la nieve bloquea los caminos y las pobres muchachas quedan atrapadas todo el invierno en casa de sus secuestradores. Y claro, tantos meses allí retenidas, sin ver a nadie más, acaban desarrollando un síndrome de Estocolmo y enamorándose de sus secuestradores. Cuando llega la primavera deciden casarse en lugar de huir, y a las familias que venían al rescate les parece bien, porque hay un bebé con ellas y no se sabe de quien es, y son demasiado estúpidos para averiguarlo. Ya se sabe, más vale casar a tu hija con un secuestrador que arriesgarte a que se quede soltera.

Y eso es lo que se consideraba "una bella historia de amor" en los años cincuenta.

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