jueves, 22 de septiembre de 2011

Asi nos ven



Así es como la SEGO (sociedad española de ginecología y obstetricia) ve a las mujeres. Esta imagen, y otras similares, la han publicado en su gaceta electrónica, sin que al parecer haya habido protestas internas. Dicen que una imagen vale más que mil palabras; esta imagen demuestra muy bien la opinión que tienen estos profesionales sobre sus pacientes.
Nunca he ido a una revisión ginecológica, a una citología. Gracias a la Diosa nunca me ha hecho falta, y no veo porque tengo que ir una vez al año a que un extraño me hurgue las entrañas. Cada vez que lo digo la gente me trata de loca, de irresponsable, de arriesgar tontamente mi salud por unos escrúpulos absurdos. ¿Que tiene de raro no ver mi cuerpo como un accidente a punto de ocurrir?; ¿que es más irracional, confiar en la naturaleza, en mi propio cuerpo, en mi capacidad de mantenerme sana con un estilo de vida saludable, o confiarle mi vida y mi salud a estos personajes que se burlan de las mujeres con tanto desprecio?

Es curioso que cuando digo esto las propias mujeres son las que más se molestan, como si perjudicase a las demás al no revisarme yo. Tan hondo a calado el mensaje de que "no es para tanto", que "no pasa nada", "solo piensa en otra cosa, es un momento". Me recuerda una broma sin gracia que corría por mi instituto cuando era adolescente: "si te violan: ¡relajate y disfruta!". Alguien se dedicó a pintarlo por las paredes.

Ya se que todo el que me lea se llevará las manos a la cabeza; ¿a quien se le ocurre comparar una revisión médica con una violación? Quizás por haber sufrido abusos soy demasiado sensible con este tema, pero no puedo evitar ver las coincidencias: la mujer medio desnuda, inmovilizada en el potro, mientras una figura de autoridad, casi siempre un hombre (al menos hasta hace muy poco), la penetra en contra de su voluntad. Si, he dicho en contra de su voluntad. Ya se que normalmente las propias mujeres llaman para concertar la cita, pero han sido condicionadas, presionadas, practicamente amenazadas de muerte (por cancer) si no lo hacen. Lo se bien, porque escucho todo eso cada vez que comento que no me hago revisiones. El miedo es un arma poderosa.

Todo el mundo parece saber las terribles consecuencias de no hacerse revisiones, pero nadie sabe las consecuencias de hacérselas, sobretodo psicológicas. Y no me refiero solo a los falsos positivos, que dan un miedo de muerte (lógico, cuando cualquier alteración, llaga o verruga se interpreta como un inicio de cancer). Me refiero al entrenamiento para la sumisión que estas revisiones suponen. A la mujer moderna se la considera dueña de su cuerpo, libre de casarse con quien quiera, o de no casarse, de tener sexo dentro y fuera del matrimonio de las más variadas formas y con toda clase de personas, libre de elegir siempre quien quiere que la toque y como... con excepción del médico, claro. Es triste leer las barbaridades que hacen algunos ginecólogos con las parturientas, como se aprovechan de su indefensión en ese momento tan delicado para maltratarlas a ellas y a sus bebes. Pero algo así no seria posible si no hubiesen estado entrenadas para la obediencia desde muchos años antes.

En la antigua mesopotamia existía la llamada prostitución sagrada. Así como los hombres tenían que ir obligados al servicio militar, las mujeres tenían que ir todas a pasar un tiempo en un burdel. En la edad media existía el derecho de pernada, que permitia a los nobles tomar a las campesinas en la noche de bodas. Ahora están las "revisiones preventivas", que en realidad no previenen nada (no confundir diagnostico precoz con prevención). ¿No tienen nada que ver estas costumbres? Yo lo que veo es una clase de poder masculino (clase sacerdotal, clase medica) que se otorga a si misma el poder de penetrar a las mujeres.

No hay comentarios: