lunes, 4 de febrero de 2013

La historia de los cosméticos



Irónica reflexión sobre los productos cosméticos. Aquí, como en otras muchas cosas, se utiliza la "ilusión de la elección". Como puedes elegir entre toda clase de champús, geles, maquillajes, colores, precios, para pelo graso, seco, rizado, liso, teñido, castigado, etc, parece que tenemos mucha libertad. Pero nos falta la más importante, la libertad de elegir productos sanos.

Incluso si vamos un poco más allá, la libertad de decidir si queremos/necesitamos productos cosméticos. Esa libertad que por suerte aún tenemos, pero casi nadie se plantea, porque lo que no sale en los medios no existe. De ahí que poca gente sepa que se puede vivir sin cosméticos: sin champú, sin gel, sin maquillaje, sin desodorante, sin protector solar... se puede vivir sin todo eso y aún así ir por la vida limpito y sin apestar. Eso nunca te lo dirán en los anuncios de la tele.

A parte de la salud, el vídeo hace referencia a dos temas que no se me había ocurrido asociar. Por un lado, la salud de los trabajadores. Si los productos son tóxicos para quien los usa, más aún lo serán para quien los fabrica. Los trabajadores de esas empresas están expuestos a un montón de problemas de salud solo por manejar tantos químicos. Por otro lado, esos químicos acabarán tarde o temprano en los ríos, contaminando el agua y matando a los peces.

Lo que llama la atención del reportaje es que no menciona en ningún momento los experimentos con animales. Para mi Procter&Gamble están tan unidos a la crueldad animal que la asociación es automática. Pero aunque a la autora no le preocupen mucho los derechos animales, deberían preocuparle estos experimentos. Porque si necesitas probar un champú en los ojos de un conejo para asegurarte de que los usuarios no se quedarán ciegos, solo eso ya es una clara señal de los dañinos que son esos productos.
Con lo que no estoy de acuerdo es con la solución que propone la autora: que presionemos a las autoridades para que cambien las leyes y les obliguen a fabricar productos seguros. Esa mujer vive en los mundos de Yupi.

No se puede cambiar el sistema, hay demasiado dinero en juego. Lo que si podemos hacer es salir del sistema. Dejar de consumir sus productos, dejar de alimentar a la bestia. Cuando sean mayoría los que lo hagan, cuando les duela el bolsillo, que es lo único que les importa, quizás entonces cambien.

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