Buenísima película sobre el grupo de periodistas que destaparon la pederastia de la iglesia en Boston. Quedan muy claras dos cosas: que los supervivientes nunca se recuperan del todo, y que los abusos a niños no le importan a nadie. Todo el mundo lo sabia; la iglesia, policías, abogados, periodistas... nadie hace nada. Unos niños pobres violados no merecen la pena el esfuerzo.
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