domingo, 21 de junio de 2020

Yo, Daniel Blake



Daniel Blake es un carpintero de 58 años que sufre un infarto. Una funcionaria de servicios sociales le niega la prestación de incapacidad porque es capaz de vestirse y llegar al baño solo. Pronto queda atrapado en el laberinto del sistema sin encontrar la salida.

Es imposible no sentirse identificada, sobretodo cuando le dice a una asistenta social:

-Me obligan a buscar trabajos que no existen y, que si encontrase, no sería capaz de hacer. Me están humillando.

He estado en esos cursillos "para enseñarte a hacer curriculums" que sale en la película. Primero te explican que por cada puesto de trabajo se presentan cientos, si no miles, de candidatos, y que el personal de Recursos Humanos a penas se mira unos segundos cada uno. Luego te sueltan un discurso sobre ser "proactivo" y se pasan el resto del curso insinuando que si no encuentras trabajo es que no eres lo bastante trabajador, luchador, creativo, y básicamente, que todo es culpa tuya, por gandul.

También sale una madre soltera, tan pobre que tiene que robar compresas en el supermercado y se desmaya de hambre mientras hace cola en el banco de alimentos.

Me he dado un hartón de llorar viendo esta película.

"No soy un cliente, un consumidor, ni un usuario, soy un ciudadano. Nada más, y nada menos". Daniel Blake.

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