Una persona con trastorno de la personalidad narcisista es como la madrastra de Blancanieves; ve que su hija es más bonita, y le da tanta rabia que necesita asesinarla y comerse su corazón para quedarse tranquila. Incluso cuando la niña huye a lo profundo del bosque, donde la madrastra no tiene que verla, no la deja en paz. Saber que sigue viva y feliz, aunque sea lejos, la consume, y no parará hasta verla destruida.
Hay dos formas sencillas de identificar a un narcisista:
-Nunca se alegra cuando te pasa algo bueno. Si algo te hace feliz, ya sea algo grande o algo pequeño, lo tiene que destruir. Por ejemplo, pones una maceta con flores en la ventana y te dice que le puede caer a alguien en la cabeza e irás a la cárcel. O le dices que vas a tener un hijo y te contesta que, como vives en un piso pequeño con tres gatos, te quitarán a tus hijos los servicios sociales. Cualquier barbaridad le parece lógica y razonable si te rompe el corazón.
-Si te pasa algo malo, le importa un carajo, excepto en la forma en que pueda afectarle a ella. Por ejemplo, te diagnostican una enfermedad crónica grave, y te dice que eso no es nada, que eres una quejica. Luego se da cuenta que el problema es serio, y te suelta "¿y quien me va a bañar y vestir cuando sea mayor para hacerlo sola?".
La personalidad narcisista, como los psicópatas, no tienen cura. No puedes razonar con ellos y explicarles que lo que ha dicho o hecho te está haciendo mucho daño. Ya lo saben. Por eso lo hacen. El psicópata, porque le divierte verte sufrir; el narcisista, porque le da rabia verte feliz. Ninguno de los dos tiene la más mínima compasión, empatía, ni remordimientos. No se puede tener una relación saludable con ellos. Solo puedes salir corriendo.
"Si hay un psicópata en tu vida, ¡huye y no mires atrás!" Robert Hare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario