Receta clásica suiza.
Ingredientes:
dos patatas
una pizca de sal
unas gotas de aceite
ajo y perejil (opcional)
Elaboración:
Hervimos las patatas con su piel. Cuando estén blanditas las pasamos por agua fria para que no quemen, las pelamos y rallamos con un rallador de queso. Añadimos las especias y la sal, removemos bien. Ponemos la sartén al fuego con unas gotas de aceite y añadimos las patatas. Dejamos que se vaya haciendo un rato, luego le damos la vuelta con un plato y hacemos lo mismo por el otro lado.
Las recetas de tortillas veganas con harina nunca me han convencido del todo. Si pones mucha queda seca y con un sabor raro, si pones poca no se aguanta. El rosti se puede hacer con patas crudas o hervidas; al rallarlas en vez de cortarlas parece que compactan mejor. Pero las patatas crudas tardan una eternidad en hacerse, además de que cuesta más rallarlas, y a mi al menos se me pegaba continuamente en la sartén por mucho que la estuviera moviendo. Esta receta es muy fácil, muy rápida, queda crujiente por fuera, jugosa por dentro, da el pego totalmente (nadie diría que no lleva huevo) y encima sana. No lleva harinas, ni grasa, ni colesterol, poquisímas calorías y el mismo sabor que si fuesen patatas fritas.
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