lunes, 17 de enero de 2011

Leche de avena (V)




Hay tres formas de hacer la leche de avena, según gustos y preferencias. La primera es con la avena en crudo:

-Ponemos una taza de avena en remojo con un litro de agua. Después de unas horas lo pasamos por la batidora, lo colamos y añadimos una pizca de sal. La avena que queda en el colador se guarda para hamburguesas. Esta receta es la que da el sabor más intenso.

-En una olla ponemos un litro de agua y dos o tres cucharadas de avena. Lo dejamos cocer un poco pero sin que llegue a hervir del todo, unos 20 minutos a fuego medio. Se cuela y añade sal. Esta receta es la más barata porque se usa muy poquita avena. Con un paquete de 500 gr te salen unos 15 litros de leche. Lo que queda en el colador se aprovecha para hamburguesas.

-Con una maquina. Las anuncian para hacer leche de soja, pero se puede usar para lo que quieras. Llenas de agua hasta la marca, pones la avena con un vasito medidor, le das a un botón, y en 15 minutos tienes litro y medio de leche. Es la más practica. Si tomas leche cada dia en el desayuno merece la pena hacer la inversión. Te ahorra mucho tiempo en la cocina. La única pega es que no puedes aprovechar los restos, porque apenas hay. Se aprovecha todo.

La avena es uno de los cereales más nutritivos que hay y ha sido injustamente relegada de la dieta moderna. Es el alimento de los caballos de carreras. No da problemas de alergias ni tiroides como la soja. Sirve lo mismo en dietas para adelgazar que en epoca de crecimiento o convalecencia.

Parte de su atractivo es que no sabe a nada, con lo que coge fácilmente el sabor de lo que le añadas: con un poco de salsa de soja te queda una hamburguesa que recuerda a las de carne, y con un poco de cacao te puedes tomar una deliciosa taza de chocolate caliente.

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