Después de 5 años de uso he jubilado mis viejas compresas y he comprado otras nuevas. En este tiempo he ahorrado unos 200 euros y he evitado que 1600 compresas fueran a parar al vertedero. Las compresas antiguas eran de algodón eco, así que las puse con la basura orgánica. Estas son de bambú, más ecologico porque no necesita plaguicidas para crecer, y más absorvente, asi que son más delgadas. No se notan apenas.
Tambien son más saludables, ya que te evitas los productos químicos que se usan para blanquear las compresas desechables. Te evitas malos olores e irritaciones. Otro valor añadido es que están fabricadas en España por una cooperativa, no por mano de obra esclava en algún lugar lejano. Ni son de la compañia Protecter&Gamble, una de las primeras en experimentación animal.
Después de su uso puede enjuagarse bajo el grifo y echarse a la lavadora. O, si vas a tardar varios dias en poner la lavadora, las puedes dejar en remojo en un cubo con agua. Luego se usa para regar el maceto-huerto, cerrando el ciclo: mi cuerpo alimenta a las plantas, que luego me alimentan a mi. Porque digan lo que digan los anuncios de compresas y tampones, la sangre menstrual no es algo asqueroso, es algo mágico capaz de crear nueva vida, ya sea un bebé en tu vientre, o en la tierra. Ya es hora de recuperar el orgullo por nuestro cuerpo de mujer.
Las puedes conseguir aquí:
http://porteonatural.wordpress.com/tag/compresas-de-tela/
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