Nunca se insistirá lo suficiente en que el parto forma parte de la vida sexual de la mujer. No es un acto médico, que deba estar dirigido y controlado por profesionales. Es un acto sexual.
Imaginate que vas a tener tu primera relación sexual en una habitación de hospital, bien iluminada, llena de extraños que entran y salen, que miran y tocan a su antojo, que te dan instrucciones (más bien ordenes) sobre como y cuando respirar, empujar, en que posturas debes estar, mientras te animan como cheerleaders. ¿No seria una experiencia sumamente traumática y dolorosa? ¿No prefieres llevar a cabo tus actos sexuales en la intimidad de tu hogar, en silencio y en penumbra, sin molestas interrupciones? En esas condiciones los partos son mucho más fáciles. A veces, incluso orgasmicos.
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