lunes, 15 de julio de 2013

Basta de secretos



Una vez, hablaba con una amiga sobre los abusos. Ella tambien los sufrió de niña, por parte de un vecino. Nunca se lo habia contado a nadie. (Es algo que me sucede a menudo. Hago un comentario sobre el tema, asi de pasada, y de pronto las mujeres empiezan a contarme su propia historia; es como si escuchar a otra persona les diera permiso para hablar a ellas). Ella no entendia como puedo hablar yo tan alegremente de algo tan privado y secreto. Se me ocurren varias razones:

-¿Por que no? La gente habla de su vida continuamente, que si me duele el reuma, que si la suegra, que si el trabajo, que si esto o lo otro... ¿porqué no puedo yo comentar que he pasado mala noche porque he tenido una pesadilla sobre los abusos que sufrí de niña? ¿Porque tengo que esconderme como si fuera una delincuente? No tengo nada de que avergonzarme. Yo no he hecho nada malo.

-Guardar el secreto protege a los agresores, no a las victimas. Mientras tu te callas ellos pueden seguir tranquilamente con su vida como si nada. Pueden agredir a otra persona.

-Hay que terminar con el estigma que supone ser una mujer violada. Es terriblemente doloroso, si, pero no es el fin del mundo. La vida sigue y nosotros con ella. Estamos heridas, pero no estamos rotas.

Hace un año hablé del tema en un seminario de PNL. Simplemente surgió. Más tarde, cuando volvia del baño, una desconocida me dió un abrazo y me dijo: "mi padre me violó cuando tenia 8 años. Nunca se lo he dicho a nadie. Llevo 20 años casada y mi marido no lo sabe". No se que habrá sido de ella, pero se que su recuerdo duele menos ahora que lo ha compartido. Por eso es importante para mi contarlo, porque se lo que es sufrir a solas, y lo liberador que resulta cuando descubres que no eres la única.

-Por otro lado, "normalizar" la situación puede ayudar tambien a las que no lo han sufrido, pero viven con miedo a que les pueda pasar. Conozco mujeres que no se atreven a vivir solas, que no abren la puerta cuando están solas en casa, que duermen con sus padres si su marido se va de viaje de negocios, que no se atreven a hacer solas un viaje, unas vacaciones, ir al cine, a correr... Me considero una persona prudente, pero no dejo que el miedo dirija mi vida. Vivir a medias por miedo a lo que pueda pasar me parece peor que vivir tranquila y que finalmente te pase.
Si me meto en coche por la autopista se que corro peligro; puedo matarme, o quedar en silla de ruedas. Si voy sola al cine (no necesariamente de madrugada, simplemente que ya esté oscuro), pueden violarme. Muchas mujeres que asumen el riesgo de conducir no asumen el riesgo de salir solas. ¿Acaso es peor sufrir una violación que quedar en silla de ruedas? No lo creo, pero la violación tiene ese aura misteriosa de lo innombrable, algo que haces que no puedas ni pensar en ella, que la simple idea te aterrorice, te paralice.
Tenemos que quitarle ese poder.

-Hablar cura. No al principio, cuando te resulta tan doloroso que apenas puedes pensar en ello sin echarte a llorar, pero si con el tiempo.
Yo he hecho diferentes terapias para sentirme mejor, algunas me han ayudado más y otras menos. Pero en el fondo creo que lo que realmente me ha sanado ha sido precisamente contarlo: contarlo muchas veces, a muchas personas, a terapeutas, a amigas, a desconocidas, en persona o por escrito, contarlo llorando, contarlo riendo, contarlo tantas veces que ya apenas significa nada. Como debe ser.

Si no tienes a nadie ahora mismo con quien puedas hablar, alguien que te crea, que te escuche, que no te culpe, que te de un abrazo, podrias empezar por escribirlo. Cuando era adolescente tenia una libreta escondida en el cajón de los calcetines, y cuando necesitaba hablar con alguien y no podia, lo escribia todo ahí. Me ayudó a sobrevivir hasta que llegaron tiempos mejores. Busca un momento para estar sola en casa, escribe como te sientes, escribe sobre el abuso si te apetece, llora mientras escribes si lo necesitas. Te sentirás mejor después.

Mi amiga me dijo algo a lo que le he dado muchas vueltas: "no se lo cuento a nadie porque no quiero ir de victima". No me extraña que se preocupe, porque es algo de lo que se acusa a menudo a las mujeres, de hacerse las victimas para conseguir... ¿que, exactamente? Ni idea. Yo no gano nada contando mi historia, y menos dinero. En realidad me he gastado bastante más de lo que podia permitirme en distintas terapias simplemente para poder hablar con desconocidos, o poder estar en el mismo cuarto con un hombre sin que me den ganas de salir corriendo. ¿Comprensión, compasión, una palmadita en la espalda? No, más bien caras de incredulidad de personas que se preguntan si lo he soñado, si me lo invento, si no exagero un poco.

No lo cuento para dar lástima, si no para ser fiel a mi misma. Me respeto lo suficiente para aceptar mi propia historia. Me ocurrió, forma parte de mi (igual que una cicatriz, un tatuaje, o las marcas de la varicela), pero no me define. Soy superviviente de incesto, feminista, pacifista, animalista, vegana, pagana, deportista, gatera, friki, lectora, maga, bruja,  hija, hermana, tia, amante y amiga. Todo eso y mucho más.

"Lo personal es politico". Kate Millet.
"¿Que sucederia si una mujer contase la verdad sobre su vida? El mundo se desintegraria". Muriel Rukeyser.

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