Aunque la primera parte se centra en los sentimientos de Barbie, que le son transmitidos por su propietaria humana, el centro de la trama se basa en las acciones de Ken, cuando descubre el patriarcado en el mundo real y vuelve a Barbiland a dar un golpe de estado. Las acciones de Ken son fundamentales, sin él no habría película. Compara eso con, por ejemplo, Indiana Jones en el Templo Maldito (por decir una al azar, porque la vi hace dos días), donde la mujer (que él secuestra, y trata como basura todo el tiempo, incluso cuando intenta llevársela a la cama) lo único que hace es gritar todo el rato y quejarse de todo. Se empeñan mucho en que parezca una carga que los sufridos hombres tienen que aguantar (aunque ella no ha pedido ir), y la hacen parecer una llorica incluso cuando se queja de cosas lógicas, como que le den cucarachas para comer. Es un personaje completamente superfluo. Si ella no estuviese allí la película sería exactamente la misma. Eso no pasa con Ken, sin él, no habría película.
Compara esto con la otra película que está ahora mismo en cartelera, Oppenheimer; donde las mujeres apenas si aparecen. Como aún no la he visto dejo por aquí una crítica mejor de la que yo podría hacer:
No solo la mujer de Oppenheimer apenas aparece, es que tampoco aparecen las demás: las físicas, químicas, ingenieras y matemáticas sin las cuales el Proyecto Manhattan nunca hubiera tenido lugar:
Pero el problema es que Ken no puede hacer sombra a Barbie en su propia película. Ya, claro. Creo que el problema es que Ken es un incel que odia a la mujer que desea, pero no puede tener, y muchos hombres se ven representados.
Otra queja, que me parece mucho más legítima, es que la muñeca que ha provocado tantos casos de anorexia, se nos presente ahora como un icono feminista. Se dice que sus medidas son tan irreales que, si se construyese una muñeca de tamaño natural, digamos de 1'70, sus pies no la sostendrían de lo pequeños que son. Es una crítica justa, pero al menos la directora la reconoce y la incluye en el dialogo. Por cierto que lo mismo se puede decir de todas las princesas Disney, que tienen la cintura más estrecha que su propia cabeza y a nadie parece molestarle.
No puede faltar, por supuesto, la acusación de transfobia, porque cuando Barbie deja de ser muñeca y se convierte en mujer, lo primero que hace es ir al ginecólogo. He llegado a leer a algún estúpido decir que "al ginecólogo puede ir todo el mundo, no es el médico de las vaginas". Eh... no. El ginecólogo es literalmente el médico de las vaginas y no mira ninguna otra cosa. En serio. No hagáis más el ridículo, colectivo de la sopa de letras. En todo caso me parece muy machista la idea de que sólo por tener vagina tienes que ir corriendo a que el médico te la mire, aunque no te duela nada. Los hombres no van una vez al año al urólogo a que les toque los huevos y les meta un dedo por el culo. A las mujeres se las medica en exceso cuando no lo necesitan (anticonceptivos para cualquier molestia menstrual, mil visitas al médico por un embarazo normal, la menopausia, etc), pero no nos hacen ni puto caso cuando estamos enfermas de verdad.
La parte más feminista de la película es cuando, al principio de todo, se entregan varios premios; cuando recibe elogios ("eres fabulosa") Barbie responde simplemente "Lo sé". Algo que yo aún no he aprendido a hacer.
"Todos odian a las mujeres. Los hombres odian a las mujeres, y las mujeres se odian a si mismas. Es lo único que tenemos en común". Sasha.
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