jueves, 2 de febrero de 2012

Mi amiga la cabra




Este tipo se compró una cabra para zampar, pero no fue capaz de hincarle el cuchillo y degollarla. El resto, como se suele decir, es historia.
Es una prueba más de que los humanos no somos carnívoros ni omnívoros por naturaleza. A no ser que te hayan educado expresamente para eso desde muy peque, no tenemos instinto asesino. Los animales nos inspiran simpatía, no deseamos hacerles daño, ni verlos sufrir; no por casualidad el maltrato a los animales se considera uno de los primeros indicios de psicopatía (otro indicio seria la costumbre de encender fuegos o pirómana) que, de no ser tratada, puede desenvocar en un asesino en serie. En estados unidos los veterinarios tienen orden de avisar al F.B.I. si detectan un caso de maltrato animal, porque es seguro que el maltratador también estará haciendo daño al resto de la familia (no porque al F.B.I. le preocupen los animales, obviamente).
El trabajo de matarife tiene un alto índice de depresiones, como antinatural que es, y no pocos trabajadores se vuelven vegetarianos después de presentar su renuncia. También depende de lo desesperado que esté economicamente, ya que la capacidad de autoengaño humana es enorme.
Tampoco se nos hace la boca agua si vemos un animal muerto durante un paseo por el bosque, o atropellado en la carretera. Si vas con un perro lo tendrás que apartar para que no mordisquee el cuerpo, pero si vas con familiares, amigos o niños, no tendrás que preocuparte de que ninguno de ellos pegue un mordisco al cadáver putrefacto.
¿Hacen falta más pruebas? Los humanos no somos carnívoros.

La frase:
"Si no te comes a los animales llamados "mascotas", ¿porque te comes a los animales llamados "cena"?". Anónimo.

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