sábado, 24 de marzo de 2012

Esos locos que corren



No se que tiene el correr que siempre vuelvo. Aunque lo deje a temporadas por horarios, pereza o mil causas, siempre acabo volviendo. Me hace sentir viva. Completamente, no solo de cuello para arriba, como cuando estudio o leo.


Al principio cuesta. Parece que te arrastras. Duele respirar. Duele todo. Es como si cada paso fuera el último y en cualquier momento fueras a caer. Pero si insistes llega un momento en que coges el Ritmo (así lo llamo yo), y el cansancio desaparece. Correr pasa de ser una agonía a ser un placer. No tienes que buscar excusas para salir, para dar unos pasos más. Lo que cuesta es parar. Una vez que has cogido el Ritmo da lo mismo hacer ocho kilómetros, que diez o doce. Será el subidón de endorfinas, o que se yo. Correr deja de ser una obligación para convertirse en una necesidad.


La frase:
"Si corres bajo el sol, dicen que estás loco. Si corres bajo la lluvia, dicen que estás loco. Sin embargo, son ellos los que están encerrados". Comercial de Nike.

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