martes, 8 de octubre de 2013

¿Perdón?



Todos los años por estas fechas mi madre me pide que la lleve en coche al cementerio para poner flores en la tumba de mi padre. No quiere entender que seguir honrando su memoria es una traición hacia mi (otra más). Significa que no le importa lo que me hizo. Si le doliese no lo haría..
Hace unos días se lo contaba a una amiga y me dijo que debería hacerlo, que si no lo hago es que aún no lo he perdonado.
-Pues claro que no, ni pienso hacerlo.
-¡Eso no puede ser! Tienes que trabajar el perdón, lo necesitas, que te veo muy alterada.
Claro que me altero, porque toda la gente que se supone que me quiere tiene a mi verdugo en un altar. Incluso después de muerto, siempre le ponen por delante de mi. ¿Como debo tomarme eso? No "necesito" perdonar a mi padre. Lo que necesito es que alguien, algún día, se ponga DE MI PARTE, y no de la suya. ¿Es mucho pedir?

Estoy hasta los ovarios de la palabra perdón. Desde que descubrí que soy víctima/superviviente de incesto, y que toda la familia lo sabia y nadie hizo nada, tooodo el mundo, familiares, amigos y terapeutas, me empujan a "perdonar". A perdonar a personas que nunca me pidieron perdón, para más inri.

Y misticismos a parte, lo que todo el mundo entiende por perdón es "perdona y olvida, y aquí no ha pasado nada". Esa obsesión por el perdón no es más que otra forma de hacer que las víctimas se callen y no vayan por ahí aireando los trapos sucios de la familia. Es fingir que todo va bien cuando NADA va bien. Es restarle importancia a cosas que si importan, y mucho. Es negar que lo que me hicieron me destrozó la vida de tantas formas posibles que lo más probable que nunca consiga recuperarme del todo (y no por falta de ganas, precisamente).

Yo puedo comprender porque sucedió, y como los malos tratos se transmiten de generación en generación.
Puedo aceptar que no tiene remedio, y tratar de vivir lo mejor que pueda el resto de mi vida sin obsesionarme por algo que ya pasó.
Pero lo que no puedo es perdonar. No puedo, no quiero, y sobretodo, no me da la gana.

Porque perdonar significa traicionarme a mi misma y ponerme de su parte. Darles la razón. Porque el mundo entero ya está de su parte, y la única que esta de parte de esa niñita herida que un día fui, la única que está furiosa por el daño que le hicieron, la única a la que le importa, soy yo. Y si yo la abandono no le quedará nadie.

El perdón no es compatible con la sanación, porque para sanar necesito estar completamente convencida de que yo no me merecía lo que me hicieron, necesito ponerme furiosa, necesito creer que soy importante. El perdón es lo contrario de todo eso.

(La primera vez que mi padre me violó solo tenia dos años. No, lo siento, yo no se lo perdono).


"Nada envalentona tanto al pecador como el perdón". William Shakespeare.

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