domingo, 6 de febrero de 2011

En memoria de Bombero




No se que pasa en este país con los animales. De verdad que no lo entiendo. Si no quieres tener un animal en casa, muy bien, no lo tengas. Nadie te obliga. Pero no lo mates, por dios, que no te ha hecho nada. ¡Dejad a los animales tranquilos de una vez!

Bombero era un perrito como tantos otros, nacido para sufrir. Su delito: ser perro de caza. Los perros de caza son muy inteligentes, y más obedientes que el resto, por eso se utilizan como si fueran armas; simples objetos de usar y tirar. Este braco se hizo famoso en su pueblo cuando los bomberos lo rescataron de alguien que lo estaba arrastrando con el coche. Prefiero no pensar la vida que llevaría el pobre animal en manos de gente así, ni cuanto tuvo que sufrir esos minutos interminables hasta que fue rescatado.

Lo bautizaron como Bombero, en honor a sus salvadores, y fue a parar a una "protectora", de esas que que creen que sacrificar cada semana los animales sanos que les sobran es "salvarlos". Como su rescate había salido en el periódico del pueblo, el perro tuvo suerte y lo sacaron de allí antes de que se cumpliera el plazo. Parecía que la historia iba a tener un final feliz, pero no. No hay finales felices para los Bombero de este mundo. Al poco tiempo de tenerlo, el chico que lo sacó de la protectora se cansó de él y no tuvo mejor ocurrencia que regalárselo a un cazador. Ya sabemos cuanto quieren los cazadores a sus perros, y como los cuidan. Una semana después aparecieron los restos de Bombero junto a las vías del tren. Lo habían atado a la vía para deshacerse de él. Os ahorraré las fotos del resultado: basta decir que la cabeza apareció a varios metros del cuerpo.

¿Que gano esa gente (gentuza, más bien) con decapitar al perro? No era un peligro para nadie. Los perros de caza son extremadamente dulces (yo lo se bien, pues tengo una). Ni tampoco se lo iban a comer. Era simplemente matar por matar. Por diversión. Por aburrimiento. Por pereza de buscar otra solución. Porque era "solo" un animal, que a nadie importaba. A nadie tendrán que rendir cuentas de ese acto.

Descansa en paz, Bombero. Nadie te quiso en toda tu vida, pero muchos lloramos tu muerte.

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