martes, 26 de abril de 2011

Organización, organización






O como vivir en rodeada de animales sin que tu casa parezca un establo. No es tan difícil como parece. Primero nos ocupamos de los animales:

-Nada más levantarme voy al baño. Ya que estoy allí limpio la caja de arena (tiro las cacas por el water) y lleno el cuenco de agua. Eso no me lleva más de dos o tres minutos.

-Después del desayuno saco a la perra de paseo.

-A mediodía lleno el cuenco de la perra. Luego ella come cuando quiere.

-Antes de la cena toca otro paseo perruno.

-Vuelvo a limpiar la arena y a poner agua.

-Una vez por semana lleno el dispensador de pienso de los gatos (cabe un kilo y medio) y cambio la arena que empieza a oler a pis.

Hasta ahora, sin contar los paseos, que de todas formas son buenos para la salud, apenas hemos dedicado unos pocos minutos a los cuidados básicos de nuestros peludos. Como veis cuidar de nuestros peques es muy fácil y no da nada de trabajo, así que ya no tenéis excusa para no incluir a uno más en la familia. Tu mejor amigo está detrás de unos barrotes esperando que vayas a buscarlo.

Ahora veamos el resto de la casa:

-Nada más levantarme hago la cama, porque cualquiera que pase puede subir y dejarla llena de pelos, huellas... mejor que vayan a la colcha que no a donde yo pongo la cara. No hace falta que este perfecta, solo colocarla un poco.

-Cuando se friegan los platos se dedican unos minutos más a pasar la bayeta o el estropajo por las baldosas, los armarios, o cualquier sitio donde haya una gota de aceite, unos dedos... supongo que eso lo hacemos todos.

-Mientras la comida está en el fuego podemos aprovechar para barrer y fregar. Por ejemplo, mientras hierve el agua se barre y mientras se cuecen los espaguettis se friega. O haces primero un sofrito y mientras cuecen las lentejas, que tarda más, haces las dos cosas. Si un día no te da tiempo no hace falta que friegues bien del todo, basta que quites las huellas o manchas con la fregona mojada.

-A la hora de la cena igual. Mientras se cuecen unas verduritas para la cena o se fríen unos filetitos de seitán puedes limpiar el polvo o cepillar el sofá. Si no te da tiempo a hacer las dos cosas puedes hacer un día una y otro día la otra. Al fin y al cabo tu casa no es un quirófano.

-En el cuarto de baño siempre tengo una bayeta, junto al detergente de la ropa. Una vez al día la paso por donde vea suciedad, polvo, huellas de gato, manchas de cal... A veces lo hago de noche, después de cambiar la arena, aunque no siempre.

-Y en tu día libre ya solo te queda hacer la colada, y si te apetece, la campana o los cristales.

De esta manera la casa se mantiene habitable con poco trabajo, que además está muy repartido y casi ni te enteras. Nunca va a estar impecable, ni falta que hace. La casa es para vivir, no para esclavizarnos. Con las expectativas de tener una casa impecable pasa lo mismo que con las dietas: no importa cuanto te esfuerces, nunca conseguirás el resultado que buscas. Así que olvida las obsesiones y disfruta de la vida.


La frase del día:

"En su casa, hasta los pobres son reyes". Lope de Vega.

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