jueves, 24 de noviembre de 2011

Apañadas estamos



Apañadas estamos las mujeres con las políticas que tenemos. La futura (dicen) vicepresidenta vuelve al trabajo nada menos que 9 días después de parir a su hijo. Si ya las mujeres tenemos problemas para reclamar nuestros pocos derechos, la que nos espera puede ser buena. Si ya te presionan las empresas para que no pidas jornada reducida por maternidad, ¿que dirán ahora, con toda una señora ministra volviendo al trabajo en menos de dos semanas? A mi, estando de baja con pulmonía y 38'5 de fiebre, me llamaba la empresa que le faltaba personal y "si podía hacerles el favor de ir a trabajar, que ya descansarás el fin de semana". Mira, si ganando lo que gano me cojo la baja y reduzco mi sueldo a la mitad, no es por capricho precisamente. Las bajas están por algo.
Lo peor del caso es que quien le ha pedido a ella que vuelva al trabajo en nada menos que el presidente. Si no respeta las necesidades de sus colaboradores, ¿que podemos esperar el resto? Y nosotras ingenuas reclamando que nos amplíen la baja de maternidad como mínimo hasta los 6 meses para poder amamantar con tranquilidad. Pues va ser que no. Y mira que pedir 6 meses es conformarse con poco, que países como Rumania tienen un año completo, no digamos ya los nórdicos, hasta dos o tres.
Los que dictan las leyes deberían tener más sentido común y respetar la cuarentena de toda la vida. Que no es una superstición, no es cosa de abuelas que las mujeres modernas puedan olvidar. Tiene sus bases científicas y todo. Deberían leer a Punset, a Michael Odent, y estudiar un poquito de antropología:
Se sabe hace tiempo que cuando nuestros ancestros se pusieron de pie se estrechó el canal de parto, pero al mismo tiempo nos hicimos más inteligentes y eso suponía una cabeza más grande, que ya no pasaba por donde tenia que pasar. Así que la naturaleza, que es muy sabia, encontró la solución en hacer que los bebés nacieran prematuros. Por eso un cachorro humano es tan indefenso, mientras que un cervatillo se pone en pie nada más nacer, por ejemplo. Algunos expertos lo llaman "embarazo extrauterino", como los canguros, que pasan un tiempo dentro de la madre y otro tiempo fuera, en la bolsa. Un recién nacido necesita pasar varios meses en los brazos de su mamá. Lo necesita para sobrevivir, es lo que le pide el cuerpo y el alma.
Que curioso, y que triste, que cualquier mujer de un país "en desarrollo" tenga más facilidades para criar a su hijo (no para alimentarlo, si no para estar con él). Siempre que salen en la tele reportajes sobre el tercer mundo, ahí están las mujeres, con su bebé a la espalda, sin separarse de él. Algo que a las "modernas" occidentales no se nos permite. ¿Te imaginas a la cajera del super con un bebito colgado? No, claro, que trabajaría más despacio y lo único que cuenta es la productividad. Me pregunto cuando pasamos de trabajar para vivir a vivir para trabajar.
Y todavía no quieren hacer creer que eso es liberación femenina, que ya no estamos encerradas en casa, que ya podemos trabajar. ¿Que?, ¿y cuando no han trabajado las mujeres, si puede saberse? La mujer en casa con los niños es algo como muy burgués. Algo de la clase media alta, de la época de Mary Poppins. Antes de la revolución industrial las mujeres trabajaban con los hombres en el campo, o en el taller si era artesano, lo que pasa es que ellos eran los dueños de todo y el trabajo de la mujer era invisible, pero trabajar claro que trabajaban. Y los niños, como las tierras o el taller eran suyos, los tenían allí mismo, igual que hace ahora las mujeres de África, cultivando las tierras con el bebe en la espalda. Es ahora que trabajamos para otros que no podemos llevarnos los críos al trabajo porque "nos hacen perder el tiempo". Antes las mujeres no elegían entre trabajar o cuidar los niños, hacían las dos cosas a la vez.

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