miércoles, 16 de noviembre de 2011

La ilusión de la elección



La ilusión de la elección es una técnica pedagógica. Si no quieres ser un padre autoritario, pero tampoco un pasota, das a elegir. En vez de preguntarle al niño ¿que quieres desayunar?, y que te responda ¡Cocacola!, lo que puede provocar una discusión, le preguntas ¿quieres un vaso de leche o de zumo? Asi hace lo que tu quieres, pero como está "eligiendo", no se da cuenta y se cree libre.


Eso es justamente lo que hacen con nosotros. Darnos a elegir entre dos (o alguna más) alternativas, para que nos creamos libres y no nos rebelemos. Si realmente nos preguntasen que queremos, probablemente rechazariamos todo lo que nos ofrecen y elegiriamos algo completamente diferente. Pero como nadie pregunta, ni se nos ocurre. La tecnica de tratar a la gente como a niños, o como a tontos, se conoce hace tiempo en publicidad. Parece que la mente humana tiende a responder a las expectativas. Cuanto menos esperen de nosotros, menos haremos.


Otra tecnica muy popular es la del "poli bueno, poli malo", mundialmente famosa por su repetición en todas las peliculas de acción. Poca gente se da cuenta de que en politica tambien se usa. Cuando un partido lleva cierto tiempo en el poder y necesita un cambio (para engañar a la gente y que crean que viven en democracia), comienza a hacerlo todo tan mal que la gente acaba uniendose en su contra (no se porqué parece más fácil unirse contra algo y no a favor de algo). Entonces aparece el rival como el bueno, el salvador. Esto se vio clarisimo en las últimas elecciones de estados unidos; Bush fue un presidente tan cutre y patético que no le costó mucho a Obama presentarse como el salvador... y muchos lo siguen pensando aunque no haya hecho nada de lo que prometió. Ni siquiera cerrar Guantanamo, que es bastante fácil y barato.


Y asi seguimos. Nos educan de forma autoritaria para que aprendamos a obedecer, no a pensar y decidir por nosotros mismos, y luego nos tratan como a niños, asi que obedemos y seguimos las normas por la fuerza de la costumbre, aunque nos perjudiquen. ¿Hasta cuando?

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