domingo, 3 de noviembre de 2013

127 horas



Me gustan las películas basadas en hechos reales. Siempre muestran a personas normales que, en circunstancias extraordinarias, se convierten en héroes.
Aquí se cuenta la historia del alpinista que quedó atrapado por una roca y tuvo que cortarse el brazo para sobrevivir. No puedo ni imaginarme lo que debe de doler eso, y el valor que hace falta. Pero lo que me impresionó es que, cuando se está muriendo, tiene una visión del futuro y se ve con su hijo. Eso fue lo que le dio fuerzas, para vivir. No podía morir sin conocerle.

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