jueves, 18 de noviembre de 2010

Resisir al deshaucio, ser okupa de tu propia casa


En este mundo de locos, hay dos locuras que baten records. La primera lleva ya tiempo, es la costumbre de tirar a la basura comida perfectamente comestible, mientras hay gente a pocos metros pasando hambre. La comida que no se puede vender porque acaba de caducar, o el embalaje está roto, etc, va directamente a la basura, cuando podria ir a un comedor social o a un banco de alimentos. La gente que lo sabe se agolpa en los contenedores de los supermercados a la hora de cerrar, esperando pillar algo. Cada vez más, esperan en vano: las dependientas tienen orden de echar lejia en los comestibles para que no se puedan aprovechar, que tener pobres pidiendo hace muy feo.

La otra lleva unos años tambien, pero está alcanzando unas proporciones dantescas, y cada vez va a más. Es el tener a cada vez más gente viviendo en la calle, cuando casi un 40% de las viviendas están vacias (o bien son obra nueva que no se ha podido vender, o bien se ha expulsado a la familia que vivia allí por no poder pagar). Asi tenemos a miles de personas malviviendo en las calles mientras las casas que antes eran suyas permanecen vacias porque ¿quien las va a comprar? Si nadie tiene trabajo ahora, ni los bancos prestan.

Esta barbaridad tiene que parar. Aunque desde que hemos nacido nos han lavado el cerebro para que obedezcamos a las figuras de autoridad, tanto si tienen razón como si no, en algún lugar del alma debe quedar una pizca de espiritu humano. En algún momento habrá que decir NO, habrá que decir BASTA.

La frase del dia:

"En la larga noche, negra como el infierno, que cubre la tierra de polo a polo, yo agradezco a los dioses, quien quiera que sean, mi alma indomable". El club de los poetas muertos.

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