sábado, 10 de diciembre de 2011

Mujer florero



Soy un iman para los hombres raros, o a veces me lo parece. Estaba el otro dia en el parque con mi perra y se me acerco uno; nos pusimos a hablar de los perros, cosa normal en los parques, y en menos de dos minutos me suelta:
-¿Vives sola o en pareja?
Pensé, si que está desesperado, podia esperar un poco, charlar un rato, antes de empezar con las preguntas personales. Pero bueno, le contesto que soy soltera.
-¿Y eso porque? Si los hombres somos todos muy majos.
-Todos, todos, no. Algunos.
-Oye, ¿no te habrás hecho lesbiana?
Mmm, aqui ya deberia haberle contestado borde, un "a ti que te importa" por lo menos. Pero una que es educada, le digo:
-Vivo sola porque quiero, me gusta. Puedo hacer lo que me de la gana sin dar explicaciones.
-Ah, vale. Pero es que yo no creo en la liberación de la mujer. Las mujeres liberadas sois muy peligrosas. Tu lo que necesitas es un hombre que te mantenga.

Si, ese es el sueño de mi vida (modo irónico off). Pensaba que el machismo estaba más pasado de moda, pero veo que no. Lo bueno es que luego los hombres se quejan de que las mujeres solo van por el dinero (lo que es bastante verdad; he conocido muchas que solo se fijan en los hombres que tienen mucha pasta). Pero eso es resultado de encerrar a las mujeres en casa. Si no pueden trabajar y necesitan que un hombre las mantenga (y a sus hijos), lógicamente buscaran uno cuanto más rico mejor. Pero los hombres que se quejan de que las mujeres son materialistas son los mismos que quieren que se queden en casa ¿? Decidios de una vez, o buscas una mujer que se quede en casa (y tendrás que ganar mucho para mantenerla), o buscas una compañera que sea independiente. No puedes tener las dos cosas.
Esta queja tambien va para las mujeres. No se cuantas veces una compañera soltera/divorciada/viuda me ha dicho que "a ver si me sale un novio pronto, pero sobretodo que sea rico, que para ser pobre estoy mejor sola". Espabilad y quitaros el complejo de Cenicienta, los principes azules solo existen en los cuentos de hadas.

No hay libertad sin independencia económica.

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